***

Mis días de regreso en Montevideo luego de mi "Ginebra Experience" --fotos y algún comentario. Entre Agosto de 2007 y Mayo de 2008 estuve viviendo en Ginebra, trabajando. Estando en Ginebra creé este Blog con la idea de que fuera un medio de comunicación con amigos y familiares. Y ese sigue siendo su propósito.

Lykke Li - "I'm Good, I'm Gone"

sábado, 28 de junio de 2008

Lectura Recomendada.

Estoy terminando de leer Irrupciones de Mario Levrero (Ediciones Santillana, primera edición, 2007). Ya había leído las primeras 70 "Irrupciones", que publicó Cauce en 2002. Se trata de la recopilación de relatos de la columna que Levrero tenía en la revista Posdata. Como todo lo del Maestro, es simple y sencillamente un deleite alucinante. "Las aventuras del Ratón Mouse", "Agujero en un buzo celeste", o el relato sobre el perro "Coco" y la perra "Chiquita", en fin, todo el libro es sublime.
Me tomé el trabajo de copiar aquí algunas de las mentadas "Irrupciones" por si algún visitante quisiera leer un avance. Enjoy:

75
3 - Yo amo al ratón Mouse
Yo amo al ratón Mouse. Veo su delicada y tierna figura, veo el difícil y permanente ejercicio de su dignidad de ratón no solo ante el gato, sino ante todos los problemas y quebrantos de esta vida, y no puedo menos que amarlo.
El ratón Mouse, a su manera, es grandioso.
***

76
-Este tipo de moneda –dijo el ciego pausadamente- dejó de circular hace más de cinco años.
-Usted no es ciego –repliqué con desprecio, o más bien con ese tono aparentemente despreciativo que solo trata de ocultar el despecho, el temor o la culpa.
-No –respondió-. No soy ciego –metió la mano en el interior de su inmunda chaqueta y extrajo una billetera; de allí extrajo a su vez un pequeño documento plastificado-. Inspector Bloomingfield, de la Brigada de Homicidios.
Yo me arranqué la barba postiza y sonreí diabólicamente, sin decir una palabra.
-Ah –dijo, entonces- Y movió la cabeza como para expresar un sentimiento de fracaso.
En la calle, alguien tocaba el acordeón.
***

113
ACERCA DE LAS MUDANZAS
Cada vez que cambio de domicilio, la mudanza es incompleta. Algo mío queda irremediablemente en la casa que dejé, y por eso yo nunca llego a ser del todo yo.
Eso empezó cuando tenía siete años; puedo recordar una caja de madera con algunas chucherías que para mí era un tesoro de gran valor; se me perdió cuando nos mudamos al centro. Y también se me perdió algo íntimo, como aquella atmósfera de la tarde que entramos, mi abuela y yo, a la habitación de mi bisabuelo, que había quedado cerrada desde su muerte. Todo estaba increíblemente limpio y silencioso. Las cortinas tenían un olor particular, como un perfume vegetal, un tanto rancio, que solo estuvo en mi vida aquella tarde. Y el aire tenía una manera rara de ser transparente, como si flotara una niebla oscura pero invisible. Me veo junto a mi abuela, de pie, silenciosos, quietos. Algo mío todavía está allí.
***

69
<<¡Soy demasiado joven para morir!>>, <<¡Soy demasiado bueno para morir!>>, pensaba, muy triste, el perro Snoopy; su casilla estaba amenazada por un enorme carámbano, estalactita de hielo que podría desprenderse en cualquier momento, mientras Charlie Brown y Linus le gritaban que saliera de allí, que corriera. El pobre Snoopy estaba demasiado aterrado para moverse. Y su siguiente reflexión era: <<¡Soy demasiado yo para morir!>>.

Y ese es el asunto: el yo. El yo es lo único que muere, el yo es esa ficción utilitaria que el ser humano necesitó crear para sobrevivir. Pero el ser no muere –ese ser que es ácido nucleico, y que es mis padres y mis hijos y mis amigos y todos los perros y todas las hormigas y todas las plantas y… Y detrás de ese mar de ácido nucleico hay todavía una voluntad, la voluntad de vivir que lo creó, y con unos pocos elementos y mucha paciencia esa voluntad puede volver a construir la vida allí donde desaparezca. El problema de la muerte es el problema del yo. Por eso, quizá, como cada vez se quiere poner mayor distancia con la idea de la muerte, y nos quieren hacer vivir olvidados de la muerte, y nos quieren prolongar la juventud y que luego desaparezcamos limpiamente sin que los demás se enteren demasiado de los detalles… por eso tal vez aceptamos ser masificados por la publicidad, por los líderes, por las formas infinitas del trance y del olvido de la vida que nos ofrecen, cada día más, esos oscuros organizadores de nuestra esclavitud..

Cuando llega la hora de morir, si nuestro yo está disuelto previamente, no hay muerte. Podemos disolverlo voluntariamente por medio de una sabiduría que ciertos trabajos permiten alcanzar; disolverlo y crearlo voluntariamente, como se carga un programa en la computadora a partir de unos archivos sueltos. También podemos hacer como la mayoría, y dejar que otros disuelvan nuestro yo a su antojo mientras, de paso, construyen sus pilas de moneditas; lástima que de esa forma habremos pasado vanamente, sin haber siquiera atinado a soñar con nuestro real, positivo, verdadero Ser.

POSDATA: Snoopy se salvó porque Charlie Brown le hizo llegar hasta la casilla el aroma de una pizza recién hecha, su comida favorita, y la gula se impuso al terror y Snoopy salió corriendo hacia la pizza un instante antes de que el carámbano cayera y partiera la casilla en dos.
***

No hay comentarios: