Acabo de ayudar a Germán a cambiar a Luana. La madre, Ana, no estaba, había salido a hacer trámites. Asi que debimos apechugar los dos. Bueno, él está acostumbrado, para mi fue mi primer experiencia. Luana lloró todo el rato como si la estuvieramos destripando. Una capacidad pulmonar envidiable, y un timbre muy sonoro, estridente por momentos, pero que augura tal vez una futura carrera en la lírica nacional. Estabamos muy contentos con Germán, porque terminamos el operativo antes que volviera Ana de sus trámites. Pero resulta que al llegar Ana y fiscalizar nuestra operativa, descubrió que en el apuro nos olvidamos de ponerle a Luana el "chiripá" y el "pelele" (que vendrían a ser como las medias can-can). Aparentemente (me acabo de enterar) uno ajusta el pañal y el otro es abrigo. No hay registro fotográfico de esta entrada.
Seguiremos reportando, e indagando. Hasta la próxima.
jueves, 3 de julio de 2008
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